jueves, 29 de septiembre de 2011

CUADERNO DE CAMPO 29 DE SEPTIEMBRE DE 2011

Hola a todas y todos,

Esta semana hemos hecho un tratamiento con Bacillus thurigensis y un extracto a base de plantas en toda la plantación de invierno. La idea de este tratamiento es que el Bacillus actúe sobre las orugas de la col (que atacan también la lechuga, las acelgas y la escarola) y el extracto de plantas para reforzar las defensas de los cultivos y evitar tener que hacer otros tratamientos.

También hemos acabado de sacar la hierba de la verdura de invierno.

Hemos podido comprobar que por fin empieza a haber más comunicación por vuestra parte y nos estáis comunicando las incidencias cada semana. Esto nos ha alegrado mucho ya que nos permite reaccionar antes de que la situación sea irreversible. Podemos compensar los productos que no han llegado en condiciones y podemos actuar sobre estos productos para evitar seguir enviándolos en mal estado.

Tal como os anunciamos la semana pasada queremos detallar el tema de los precios para que lo tengamos todos claro y para, si lo estimáis oportuno, iniciar un debate jugoso:

Muchas veces pensamos que comprando directamente al productor encontraremos unos precios mucho más baratos que si vamos al super o a la frutería de la esquina. La realidad es que nos encontramos con unos precios iguales, algo más bajos o, a veces, más caros. Lo que hace falta que nos planteemos es que hay detrás los precios de los supermercados y de las fruterías. Para que un kilo de melocotón cueste 0,79 euros, un kilo de berenjenas 0,99 o cinco kilos de patatas 1,30 euros tiene que haber alguien que no cobre o cobre muy por debajo de lo que podemos considerar un salario digno. El supermercado o el gran distribuidor es quien marca el precio del producto. Este supermercado o gran distribuidor cuenta a qué precio a de vender y se queda con su margen comercial. Le paga al asentador. Este se queda con su margen comercial y le paga a la central de compras con lo que queda. La central de compras se queda con su margen comercial y con lo que queda (si queda algo) le paga al agricultor. El agricultor no fija ningún precio tal y como hace el consumidor. El agricultor el único parámetro que puede controlar es la mano de obra que contrata, entonces lo que hace es reducir el precio de la hora que paga a sus trabajadores llegando así a una situación de explotación laboral hacia sus trabajadores y de 'autoexplotación hacia él mismo.

Entonces cuando compramos un producto barato nos debemos plantear siempre, qué hay detrás de todo esto y qué modelo económico queremos.

Cuando un agricultor hace venta directa lo que quiere es salir de todo este engranaje y tener un salario digno, tal y como queremos tener todos, y una jornada laboral razonable.

Recordad que para que esto funcione la información a tener dos vías.

Saludos y hasta la próxima semana.

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Siguiendo el camino marcado desde el inicio de nuestro proyecto, que no es otro que acercar nuestros productos, nuestros campos y nuestro pensar a las personas que han despositado su confianza en nosotros; hemos decidido publicar este blog y mantener una relación que puede ser muy productiva e interesante para todos, podremos mejorar, aprender y sobre todo crecer juntos en una nueva forma de entender la economia de circuito corto...